[ Pobierz całość w formacie PDF ]
empresa, incluso usted, aunque diga «ellos» al hablar. Beth enrojeció y agachó la cabeza. Creo que nunca pensé que nada de ello tuviera una verdadera relación conmigo murmuró . Fue siempre la empresa de Gary, y de ellos, no la mía. ¿Cuánto tiempo estuvo casada con él? preguntó Constance, y aunque no era esa la preguna que Charlie habría hecho en ese momento, se inclinó hacia atrás, esperando ver adonde quería llegar Constance. Diez años contestó Beth en voz baja. Eran dos niños dijo Constance, también suavemente y con gran simpatía. Sí. Teníamos diecinueve años cuando nos conocimos. El estaba sacando ya su doctorado, y era muy tímido, de aspecto curioso y desgarbado. Fui la única chica con la que salió. Yo tampoco tenía vida social, hasta que apareció él. A mi manera, resultaba igual de curiosa, desgarbada y tímida. Dos inadaptados. De alguna manera congeniamos. Nadie entendió lo que cada uno de nosotros veía en el otro, y ahora yo tampoco, pero entonces... todos aquellos años, los primeros siete años, hice exactamente lo que él quería. El trabajaba mucho, estaba decidido a poner su sello en el mundo de los ordenadores, estaba lleno de ideas, algunas de ellas irrealizables, otras simplemente maravillosas. Y lo consiguió. Realmente lo hizo. Quiso rediseñar la arquitectura de la máquina para que pudiera desarrollar media docena de paquetes de software que fueran totalmente compatibles y exigieran un mínimo de memoria disponible. También lo logró. El camarero llegó con la sopa de almejas. La manera en que miraba a Beth resultaba extrañamente tranquilizadora. Era joven, probablemente más que ella, pero le interesaba. Beth ni siquiera se dio cuenta de ello. Constance la observó mientras tomó los primeros bocados, y en cuanto pareció perder interés por la comida le preguntó: ¿Podía trabajar con él en los ordenadores con esa profundidad? Me admira. Lo único que sé de ordenadores es que los enchufas, metes un programa y esperas que suceda lo mejor. Beth sonrió cortésmente. En realidad sólo trabajé con él los primeros años. Conseguí mi graduación entonces, y hace cuatro años le dije que quería volver a mi licenciatura de inglés. Durante el primer año tras mi regreso a la facultad seguí trabajando con él, pero resultaba excesivo y gradualmente fui abandonando. Hace tres años lo dejé absolutamente para ir a Berkeley. Alquilé un apartamento y después lo vi pocas veces. No sé lo lejos que llegó durante esos cuatro años; pero imagino que mucho. ¿Puso alguna objeción? preguntó Charlie . ¿Le costó trabajo conseguir irse a la facultad? Beth empujó a un lado la cuchara con un dedo y sacudió la cabeza. Nunca nos enfrentamos dijo . Nunca. El dijo al principio que regresar a la facultad era una buena idea, y más tarde añadió que realmente no tenía tiempo para dedicarme, no por aquel entonces. Estaba demasiado comprometido con el trabajo de Casa Inteligente. Aceptó ayudarme económicamente, desde luego, hasta que el dinero se agotó. Nunca nos separamos de la manera en que pensaron los demás. Simplemente no estábamos juntos. Hasta el último momento él creyó que un día me cansaría de valerme por mí misma y volvería. ¿Y usted? ¿Pensaba eso? preguntó Charlie, a quien ella le asombraba de una manera que él no podía descifrar. ¿Sabía que era una mujer joven muy atractiva? ¿Y tan lista como el infierno? Ella le miró ingenuamente y suspiró. No sé. Probablemente habría terminado por regresar, si él hubiera insistido. En una ocasión dijo que sabía que los ordenadores hacen cualquier cosa que tú quieras, que el truco está en encontrar el lenguaje adecuado, el método correcto y la secuencia de comandos para indicarles lo que deseas. Creía que las personas también actuaban así. Y tenía razón, al menos por lo que se refiere a las personas. Siempre hacían exactamente lo que él deseaba. Siempre. Charlie sacudió la cabeza y la miró con seriedad. Una de ellas no lo hizo, Beth. O un ordenador o una persona no hicieron al final exactamente lo que él quería. 6 De postre hay pastel de frambuesa, lo tomaré. ¿Señoras? preguntó Charlie. Las dos dijeron que no . Bien. Yo sí lo comeré. Usted, Beth, puede seguir hablando. Podría
[ Pobierz całość w formacie PDF ] zanotowane.pldoc.pisz.plpdf.pisz.plgrolux.keep.pl
|